jueves, 13 de septiembre de 2012

Otra Vuelta De Tuerca

Participantes: Nicolás Ambrosis y María Belén Brito Evans
Tema: Las apariciones
Tipo textual: Epistolar (carta)


Querida madre,
Estoy escribiendote esta carta porque sos una de las pocas personas en las que puedo confiar en contarle cosas sin que me trates de loca o me juzgues.
Como ya sabes, estoy trabajando en la mansión Bly, como institutriz de un par de niños que al principio parecían amorosos y tiernos, pero ahora todo se está volviendo más sospechoso.
Todo comenzó cuando yo estaba caminando por el parque y ví que en la torre había un hombre parado a lo lejos, era espantoso. Pero no se compara con lo que viene.
Unos días después, volví a ver a esta horrible criatura pero esta vez fue diferente, estaba del otro lado de la ventana del comedor, mirando todo el cuarto como si estuviera buscando a alguien mas, yo me encontraba totalmente paralizada, me quedé mirándolo mientras él me observaba. Luego fui corriendo hacia la torre a ver si lo veía pero no había nada. Cuando volví a la casa puse mi rostro contra la ventana para tratar de averiguar qué es lo que estaba viendo este visitante misterioso. La señora Grose entró en la habitación, ya que era la hora de ir a la iglesia, y recibió un gran susto al verme tan perturbada. No dude en contarle sobre las apariciones de este señor que había visto previamente, y después de varias descripciones físicas, la señora Grose me dijo que se trataba de un antiguo empleado llamado Peter Quint, pero lo curioso es que este hombre había fallecido hacía un tiempo. Ambas nos quedamos bastante asustadas pero decidimos que íbamos a hacer todo lo posible por cuidar a los niños de este “fantasma” y que cualquier cosa sospechosa que veamos nos lo íbamos a consultar.
Al cabo de unos días, me encontraba con Flora, la hermana menor, en el parque y todo iba bien hasta que de pronto vi una mujer extraña, estaba parada del otro lado del lago observando fijamente lo que la niña estaba haciendo. Lo que más me había llamado la atención era que la mujer se movía poco y nada, y la niña se daba cuenta que estaba siendo observada pero no hacía nada al respecto. Cuando le comuniqué a la Señora Grose sobre lo sucedido me dijo que se trataba de la señora Jessel, la antigua institutriz, que también había fallecido pero en el verano.
Con la señora Grose, sospechábamos que estos antiguos empleados estaban haciendo algo malo a los niños.
Una noche vi al señor Quint en la escalera, esto me produjo un gran susto pero me di cuenta de que ya no les temía como yo pensaba, sabía que los tenía que enfrentar. Esta tarde también vi a la señora Jessel en el estudio, ella estaba escribiendo una carta, no se bien para que o quien o que decía pero me resultaba un hecho muy curioso.
Nunca creí que los fantasmas podían existir pero mi estadía en esta misteriosa mansión hizo que mis creencias cambien completamente. No se que podra llegar a pasar conmigo, con los niños, con la gente que trabaja allí ni con los “fantasmas”, pero estoy segura de que es algo que no va a tener un buen final.
Te mando un caluroso saludo madre, te extraño mucho, mandale un saludo a mi padre y familia. Cuidense bien por favor. Pronto los iré a visitar.

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